miércoles, 25 de octubre de 2017

Festival de Sitges 2017.



Por primera vez voy a hacer un resumen de las películas de animación que he visto en Sitges. Y si me da el barrunto igual hago lo mismo para el festival de Gijón, pero no prometo nada.

Quiero comenzar agradeciendo a Héctor que año tras año me deje meter pelis de animación en el plan de Sitges aunque sólo lo haga para meter después él sin remordimientos sus pelis de rijostios. Y también a Ana y Paco por su compañía y no agredirme después de algunas de las sesiones (sí, Fireworks y cortos, me refiero a vosotras). Bueno, y no me quiero olvidar de Gosia (me voy a arriesgar y no voy a preguntar a google cómo se escribe) que no se quejó de pasarse su día libre viendo exclusivamente pelis de animación en un festival de cine fantástico y de terror.

Jueves por la mañana, pocas horas dormidas, buen desayuno, paseo Sitges-Auditori, peli aceptable, paseo Auditori-Prado con relativa prisa.

Son las 10:15, estamos en los cines Prado y empieza Mutafukaz


Mutafukaz es una peli fraco-japonesa (un director de cada país) basada en un cómic escrito por la parte francesa del tándem. Es una historia en un futuro en el que hay un poco más de suciedad, un poco más de violencia y un poco más de todo lo malo en general. Angelino, cuya cabeza es una esfera negra, tiene un accidente de moto y comienza a tener alucinaciones y a sentirse perseguido. Durante la siguiente hora y media acompañamos a Angelino y su amigo, cuya cabeza es una calavera en llamas, en su huida y lucha contra los misteriosos perseguidores.

Pero mejor dejó aquí el resumen de Filmin, que lo explica mucho mejor: Un videoclip de Gorillaz en el universo GTA San Andreas.

La película es trepidante, no da tregua. El humor es gamberro y funciona (al menos conmigo, que es lo importante). Los escenarios tienen un nivel de detalle muy loco en varias escenas y el dibujo es bonito sin ser espectacular.

Fue mi tercera peli favorita del festival. Vedla.

Nota: 8

Salimos de la sala, hacemos cola durante unos minutos, volvemos a entrar.

No habrían pasado ni 20 minutos desde que salimos del cine y ya estaba empezando el primero de los cortos. No sé cómo convencí a Héctor de ver otra sesión de cortos de animación en Sitges después de la última (y primera) que vimos hace unos 6 años, pregúntenle a él. Yo creo que el nivel medio de esta sesión fue mejor, pero no descubrimos ninguna joya como hicimos con A morning stroll aquel año.

El primer corto fue Cerulia. Una historia sobre una mujer y su "ella" de la infancia. La animación en stop motion roza el aprobado, pero consigue un ambiente bastante turbio y te mantiene interesado y en tensión. Nota: 7

Después vino I think you are a little confused. Un corto muy loco, que sólo podría ser japonés, sobre una butifarra. El humor muy chorra e incómodo y un final brillante hace que apruebe esta mamarrachada. Mejor verla en medio de una tanda de cortos que verlo aislado. Nota: 5

L'Ogre es un corto surrealista francés de esos en los que no sabes muy bien qué te quiere decir la directora, pero que es ligeramente hipnótico y te haría pensar si no tuvieras que centrarte en el siguiente corto. Nota: 5

A mí Nachstück me dio bastante mal rollo y me pareció muy bien ambientado. Por supuesto, no entendí nada. Y leyendo la sinopsis de filmaffinity he flipado aún más porque no sé qué pinta Mozart en todo esto. Igual si fuera culto le habría dado un 9, pero como no lo soy... Nota: 5

Después vino Fatcula, una parodia estonia bastante currada y ligeramente graciosa de Drácula, en la que, en vez de chupar sangre, decide chupar grasa y hacer liposucciones a medio mundo. El dibujo no es demasiado bonito. Nota:5

Fool time job, otro corto francés que terminé no entendiendo aunque me mantuvo interesado todo el tiempo y durante buena parte del metraje yo pensaba que sí que lo estaba pillando todo. Nota: 4

El siguiente corto, Play boys, me transportó directamente a Annecy, a esas sesiones de cortos en lo que lo único que quiero es que el corto actual se acabe lo antes posible porque es feo, absurdo y me está poniendo de mala hostia. Cómo lo echo de menos Nota: 2

Pero todo es susceptible de empeorar, y así lo hizo con un corto de pornografía buenrollera con tufo religioso que me indignó un poquito y me causó mucho miedo al pensar en qué tipo de mente trastornada es capaz de crear semejante bodrio. El título de esta basura argentina es La casa decolores. Nota: 2

Esta interminable sesión siguió con un corto chino precioso: Valley of white birds. Visualmente es espectacular. Pero no me preguntéis de qué va porque no tengo ni la más remota idea. Según filmaffinity, es sobre el sentimiento de culpa. Po vale. Nota: 6

Y concluye la sesión con La nuit je danse avec la mort. Un corto que no nos quedó claro si es pro o antidrogas, pero que tenía un rollo musical-psicodélico interesante. También me pareció un poco coñazo. Nota: 4

Salimos, damos una vuelta en busca de un sitio barato para comer, no lo encontramos y decidimos meternos en un sitio random en el que comí muy bien, coño qué tarde es ya, vamos a la cola.

Pues sí, 16:45 y tercera sesión seguida de animación. Porque uno no ha podido ir a Annecy y quiere tener su miniannecy particular en Sitges. Durante la comida todos decían tener miedo a la siguiente película y yo eché un órdago diciendo que nunca habíamos visto una peli mala de animación en el festival (quizás si alguna un poco aburrida, hola Tatsumi). 

Soy gafe.

La siguiente sesión era una película japonesa con los santos cojones de tener como título Fireworks, should we see it from the side or the bottom? El nombre es un poco estúpido, pero lo peor es que es una pregunta que se va a repetir muy a menudo en la película y va a generar largas conversaciones. La historia trata de una chica que se va a mudar de la ciudad y tiene a dos compañeros enamorados de ella. Sobre todo uno, el protagonista. 


Uno de los mayores problemas de la película es que no hay quien entienda que alguien se puede enamorar de esa chica tan insoportable y eso hace que la historia de amor te la creas entre poco y nada. Pero es que encima meten un ingrediente fantástico en forma de pelota que cuando la tiras puedes revivir el pasado cuando y desde donde te salga de la bolsa escrotal y torturar al espectador con los mismos diálogos que acaba de ver hasta que decide cambiar cosas que a nadie le importan una mierda. 

Pero no todo es horrible en la película. Visualmente es bella. Y hay momentos de risa nerviosa porque no sabes si está de coña o en serio que siempre están bien y te impiden quedarte dormido después de comer. 

Nota: 4


10:30 del sábado. Interior Auditori.

Tenía yo muchas ganas de ver A silent voice. Me había putoflipado El himno del corazón el año pasado y ésta prometía ser algo parecido, pero con niña sorda en vez de niña muda. En este caso el protagonista es el chico que le hacía bullying a la pobre niña, que ya es todo un adolescente y está aislado del resto del mundo. La película trata sobre cómo trata su lucha y la de sus compañeros para sobrevivir a la adolescencia y al sentimiento de culpa.


Yo lloré mucho. Mucho más de lo que debía. Amé a todos y cada uno de esos malditos adolescentes tan bien dibujados (en ambos sentidos) y era incapaz de no sentir todo lo que les pasaba aunque lo que ocurría en pantalla fuera completamente estúpido en algunos momentos y un pelín efectista en otros.

Nota:7

Calmar a Héctor, comer, medio THE ROOM, truñillo vasco, media película pésima, hostias japonesascon microsiestas, más THE ROOM, ver por qué teníamos aún cucharillas en las manos, dormir, desayunar, maratón mierda-mear-peliculón-mierda, dejar piso, bus al aeropuerto, avión a Santander.

Y así se acabó Sitges 2017.







 

1 comentario:

  1. Pues parece que no estuvo tan mal... "Fireworks" creo que la van a estrenar (y "A Silent Voice") en cines (pocos supongo) en 2018, la veré y todo...

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