Uy, cuánto tiempo.
Ya sé que mis pocos lectores disfrutan más cuando describo mi
frustración al ver ciertos cortometrajes de animación en Annecy. Pero este año
no voy a hablar de todos esos cortos que he visto de gente que se considera
artista por dibujar cosas sin sentido sobre celuloide. O de la maravillosa
sesión off-limits que sigo viendo a pesar de que la media de las votaciones
apenas llega al 2. O de los ya clásicos “voy a poner manchas durante 7 minutos
que se muevan al ritmo de una música que ha compuesto mi prima/Ross Geller y es
una tortura para dos sentidos en vez de para uno”. Menos aún si los muy hijos
de perra se marcan un ‘extended version’ en el título. Es que hay que ser
cabrón, ¿no? Tampoco de todos esos cortos en los que me entero de los
fetiches del director y de nada más. Ni de los poemas recitados mientras dibujos muy poco animados aparecen por pantalla, aportando entre nada y muy poco.
No, esta vez voy a recomendar cortos. Porque ha sido un annecy sorprendentemente bueno y me he sentido inspirado para escribir esto. Si veis que voy perdiendo fuelle, es porque los primeros me gustan más que los últimos, porque esto está escrito desordenadamente.
Vamos allá pues.
Mauvaises herbes. Claude Clautier. Canadá
Claude Clautier nos cae bien porque hizo Carface, un corto
en el que varios coches cantaban 'qué será será'. Ahora ha hecho esta otra
maravilla, aún mejor que la anterior e igual de estúpida. Dos plantas
carnívoras crecen una al lado de la otra y compiten por la comida. Una es un
pájaro y la otra es un sapo. De momento, porque cambian todo el rato de aspecto
y a uno le cuesta seguirles el ritmo. Probablemente quiera contarnos el
director que competir saca lo peor de cada uno y que nos vamos a la mierda y
tal… Pero da igual porque lo importante es que no puedes dejar de mirar la
pantalla. Maravilla.
People in motion. Christoph y Wolfgagn Lauenstein. Alemania
¿Habéis visto Balance, el corto de los hermanos Lauenstein? Ganó un Oscar y todo. Pues han remasterizado su propia idea y ahora tenemos varios vecinos alrededor de un lago luchando por su única fuente de luz. Todo lo bueno que tenía Balance está en este corto, pero un poco menos críptico y sin píxeles gigantes. Muy recomendable.
Easter eggs. Nicolas Keppens. Bélgica
A mí me empieza estresando porque la pantalla es cuadrada, y aunque está muy currado la estética es un poco feista. Pero la historia de estos dos canis belgas con una relación muy tóxica me llega al corazón. Necesito abrazar a Jason, que está siendo maltratado por el imbécil de Kevin, y necesito que encuentren los loros del señor chino del restaurante.
Horacio. Caroline Cherrier. Francia
El prota mató a Horacio. Sin mucho motivo, la verdad. Así que le acaban metiendo en la cárcel, lógicamente. Y nos lo cuenta sin muchos tapujos el chaval. Y su madre es una cansina pero nos cae bien. Bueno, a ratos. Es que todo es muy turbio sin parecerlo y a mí eso me gusta mucho. Ni una pega al color, al dibujo, a la animación ni a nada.
Le monde en soi. Sandrine Stoianov y Jean Charles Finck. Francia
Es sobre una artista que le da un ataque de pánico antes de exponer en una galería y acaba encerrada en algún lugar donde cuidan de ella. Lo destaco en primer lugar por su uso del color, usando el contraste rojo-verde (naranja-azul ya lo hemos desgastado) por un lado y el blanco y negro por otro. En segundo lugar, porque creo que son los ojos más llenos de vida que he visto en un corto, al menos por momentos. Y luego la historia es interesante y el tema de los cuidados de la salud mental parecen estar de moda viendo las temáticas de los cortos de este año.
Boxballet. Anton Dyakov. Rusia
Una historia de amor muda entre un boxeador y una bailarina. Una relación bastante improbable pero que funciona muy bien gracias a las buenas dosis de humor ruso. El dibujo recuerda un poco al de Bill Plympthon, pero lo más maravilloso es el coloreado. Una historia bien contada, bella y graciosa. ¿Qué más quieres?
L’amour en plan. Claire Sichez. Francia
Una pareja vive con su hijo en una casa rectilínea y colorida. Ella hasta un poco harta de él y toma una decisión que afecta a los tres. Una historia un poco trillada pero con una forma de contarla que engancha y con un dibujo muy bello a la par que ordenado.
Conversations with a whale. Anna Bergmann. Alemania
Parece una película autobiográfica sobre sus éxitos y, sobre todo, fracasos como animadora. Nos da a conocer a sus demonios interiores y lo hace arriesgando bastante con la animación, pero creando cosas realmente interesantes. Destaco la escena inicial en la que la vemos animando una ballena de forma sucia y fatigante y otra del final en la que anima sobre sus propios brazos.
Swallow the universe. Luis Nieto. Francia
No sé si debería poner este corto, porque no he entendido casi nada, pero he decidido culpar exclusivamente a los subtítulos desincronizados. Es un corto francés, pero la estética es japonesa, así como el idioma (supongo). Narra una rana trovadora la historia de un chaval que sufre un accidente de coche y que al morder con un diente expulsa un gas que le convierte en superhéroe, o algo así. Luego aparecen tigres y Mickey mouses, y se vuelve todo muy gore. Pero es fascinante desde el punto de vista visual (salvo que odies el color rojo) y narrativo. Tengo que volver a verlo con los subtítulos bien.
Tío. Juan José Medina. México
Qué escenarios. Qué diseño de personajes. Qué bien animado. Stop motion del bueno, con escenas que tienen que tener mucho curro. La historia es un chaval que empieza a trabajar en una mina, igual que su hermano mayor, del que no ha vuelto a oír hablar desde que empezó a trabajar allí.
Affairs of the art. Joanna Quinn. Reino Unido
Uff, el acento. Me costó asumir que eso era inglés y que me tenía que apañar sin subtítulos (o con ellos en francés). Pero una vez concentrado, me encantó que esta señora me contara su vida. Su hermana es una sociópata de puta madre, pero también muy adorable. Su hijo, un verdadero coñazo. Y ella está hasta el pito y quiere ser artista con sus 50 añazos. Pues ole tú. El dibujo es rarete, pero muy currado y con sentido estético.
The fourth wall. Mahboobeh Kalaee. Irán
A ver cómo te explico… La madre es la lavadora, el padre es la nevera y el hijo creo que es la tubería. Y el grifo gotea y por eso el hijo tartamudea. Y el grifo es 3D, pero el fregadero está pintado, al igual que los fuegos y el horno. Y sin embargo funciona, y mi cerebro quiere cortocircuitar, pero no lo hace y sigue la historia en la que la lavadora da a luz a un niño obsesionado con los pájaros y la nevera de repente es un capullo. Todo bien, salvo si me preguntas por qué me ha gustado. Ahí ya sí que cortocircuito.
Sve te senzacije u mom trbuhu. Marko Djeska. Portugal y Croacia
No tendrá el dibujo más bonito, ni la animación más currada. Yo diría aún más y diría que es feo. Pero la historia que cuenta sobre la violencia que sufren las mujeres trans me parece muy necesario e interesante.
Chasse galerite. Brian Hawkins. Estados Unidos
Un precioso corto sobre una supuesta historia del folclore Illinoisiano. Lo que cuenta es tan estúpido y loco como las mejores historias mitológicas, y no lo voy a espoilear. Y por si eso fuera poco, es bello y con un muy buen manejo de la acuarela.